Cheesecake crudivegano de Frambuesas & Anacardos

Empieza la primavera y el cuerpo (o por lo menos el mío) me pide comer más cosas crudas. El cuerpo es muy sabio, así que hay que hacerle caso. Por eso mismo, sentí que era el momento perfecto para hacer una tarta crudivegana y compartirla en casa con amigos y con mi pequeña Iris. ;)

La repostería nunca ha sido mi fuerte aunque cada vez más, estoy probando hacer cositas dulces y los postres crudiveganos siempre me han llamado mucho la atención. Vale, sí, llevan un montón de frutos secos, pero al dejarlos en remojo, se activan y es la forma más sana de comerlos.  Si te tomas un pedacito (o dos) por lo menos no estás comiendo ningún tipo de harina refinada o azúcar. Los frutos secos son una fuente de grasas saludables (siempre y cuando los comas de esta manera y no salados o tostados), de proteína, minerales, vitaminas y fibra

Así decidí hacer esta 'cheesecake' o lo que viene siendo, una tarta de 'queso' o mejor dicho, de anacardos con frambuesas. Muy primaveral. Al ver el resultado, me enamoré perdidamente y sentí que la repostería crudivegana es una tarea pendiente que tengo. 

No sé si a vosotros os pasa lo mismo, pero los postres crudiveganos tienen el poder de eclipsar mis ojos, mucho más que cualquier otro tipo de repostería tradicional. Son muy llamativos, coloridos y bonitos pero lo mejor de todo, es que son 100% crudos

Los anacardos son perfectos para hacer este tipo de postre, ya que son muy cremosos. Aunque siempre puedes reemplazarlos por almendras crudas (sin piel) o macadamias. El toque de la frambuesa, es increíble. No solo por el color aporta, si no por su intenso sabor. Si no os gustan las frambuesas o no tenéis, siempre las podéis reemplazar por fresas, por ejemplo. 

Bueno, vamos al lio. Aquí tenéis los ingredientes:

INGREDIENTES

BASE

  • 1 taza de nueces crudas (sin tostar o salar) Puedes usar almendras también si prefieres.
  • 1 taza de dátiles (sin hueso)
  • 1 pizca de sal

RELLENO

  • 2 tazas de anacardos crudos remojados, previamente por lo menos 5h
  • El zumo de 2 limones medianos
  • 1 taza de aceite de coco ecológico y crudo (si está muy compacto, tendrás que derretirlo antes)
  • 1/3 de taza de sirope de agave crudo
  • 1 taza de frambuesas ecológicas

PREPARACIÓN

BASE

  1. Trituramos las nueces en un procesador de alimentos. 
  2. Junto a las nueces, añadimos los dátiles y la pizca de sal. Si ves que los dátiles no están muy suaves, déjalos 5min en remojo con agua caliente. Trituramos todo hasta que obtenemos una masa pegajosa. Para saber si tiene la consistencía necesaría, intenta hacer una bolita, si se mantiene firme, ya la tienes. 
  3. Coloca la masa en tu molde de forma homogénea con las manos. Te recomiendo engrasar antes el molde con un poco de aceite de coco.  Deja reposar mientras en la nevera.
  4. Lava bien tu procesador de alimentos, ya que volverás a necesitarlo para hacer el relleno. 

RELLENO

  1. Retiramos el agua de los anacardos y los ponemos en el procesador, junto al zumo de los dos limones, el sirope de agave y el aceite de coco (recuerda, si está muy compacto lo mejor es que lo derritas en una olla), lo batimos todo bien. Si sientes que le falta un poco de agua, puedes añadirle un poco.
  2. Sacamos de la nevera el molde con la base y lo rellenamos con la mitad de la crema de anacardos. La otra mitad, la dejamos en el procesador y le añadimos las frambuesas. Batimos todo bien y añadimos esta última capa rosa a la tarta. ¡Listo!
  3. Mete la tarta dentro del congelador durante al menos 3h antes de consumirla. Tendrás que sacarla 30-40min antes de servirla. 
  4. Puedes decorar la tarta con más frambuesas, coco rallado o nueces. :)

Si te animas hacerla, recuerda de etiquetarme o utilizar el hashtag #VeganExpedition para que pueda ver vuestras creaciones :D

Trufas energéticas de avena y coco.

A media mañana o por la tarde nos suele entrar hambre y ahora en invierno, suele apetecer algo más que una fruta. Desde hace unos meses, estoy intentando evitar galletas o dulces envasados, ya que la mayoría llevan aceite de palma y no me gusta nada. Si aún no sabes porqué no hay que consumir aceite de palma, te invito a ver este vídeo

Nunca he sido muy repostera, ya que se me da fatal medir con exactitud las cantidades y me gusta hacer las cosas a ojo. De todas maneras, me encanta el dulce sano y estoy poniéndome al día con esto de la repostería, inventado un poco en la cocina para mejorar. Así surgieron estas trufas energéticas de avena y coco. Dos ingredientes que me vuelven loca, a cualquier hora del día.

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La avena me gusta mucho porque es saciante y tiene mucha fibra. La puedes conseguir también sin gluten, aunque yo suelo comprar la normal ecológica para hacer gachas (porridge) mañanero. Por otro lado, el coco rallado es un manjar. Es ideal tenerlo siempre en casa, ya que es muy práctico y puedes añadirlo también a batidos, tartas o cremas. El coco además es un fuente increíble de antioxidantes.

Y lo más importante, son super fáciles y rápidas de preparar. 

Si necesitas algunos de estos ingredientes, tienes un 5% de descuento en Biosano con el código: VEGANEXPEDITION5.

INGREDIENTES (6-8 TRUFAS)

PREPARACIÓN

Puedes hacer también la versión crudivegana sin calentar la leche y simplemente dejar la avena con la leche en reposo hasta que crees una pasta también.

1. En un cazo poner a calentar la leche vegetal y añadir la avena y el coco. 

2. Remover bien para que no se pegue y se vaya formando una masa. Es como si hicieras unas gachas (porridge). Añade la canela y la cáscara de limón. 

3. Un vez tengas la consistencia, retira del fuego y deja reposar hasta que esté a tempetaruta ambiente para poder darle forma. Retira la cáscara de limón.

4. Ya frio, haz bolitas homogéneas y cúbrelas con coco rallado. Para decorar le puedes poner alguna otra semilla.

5. Guardar en la nevera para conservarlas.

¡Listo! Es una receta muy fácil y muy rica, hasta para los más pequeños de la casa.